miércoles, 4 de octubre de 2017

OCURRIÓ CERCA DE CANTAURA.

OCURRIÓ CERCA DE CANTAURA

Transcurrido más de un año de la masacre se realiza un pleno del partido Bandera Roja, para hacer un balance de lo ocurrido por orden de la dirección nacional, que todavía estaban presos en tocuyito.


A este pleno, asistieron casi todos los sobrevivientes de la masacre. Los sobrevivientes relataron y escribieron sus vivencias de lo ocurrido en cantaura, de ese pleno se saca unas conclusiones, y dichas conclusiones son entregadas a la dirección nacional o jefatura política militar, que estaba presa en tocuyito.


De todo esto sale un documento publicado en la revista del partido Bandera Roja, Pensamiento y Acción, en el año 1986, la cual era dirigida por los presos políticos del partido Bandera Roja, dicho documento se titula, Ocurrió cerca de cantaura, de la cual se hace el siguiente escrito. 





OCURRIÓ CERCA DE CANTAURA



Por Gabriel Puerta Aponte


A cuatro años de los sucesos donde perdieron la vida 23 revolucionarios, aún persisten al lado de algunas interrogantes, consideraciones distintas sobre los hechos acaecidos y sobre sus causas y consecuencias.


Por ser acontecimientos recientes, es difícil, que la práctica termine de brindar la demostración fehaciente de la razón histórica de esa contienda: mientras, cada parte la reclama para sí, unos en la idea de que perdura la versión oficial, y otros en la esperanza de que algún día se impondrá la verdad.


*Cuando fue roto el silencio


A las cinco y media de la mañana es la hora de la “diana” en la guerrilla. A partir de esa vos se dispone de cinco minutos para levantarse, recoger carpa y hamaca y ordenar el morral. En aquel amanecer del lunes cuatro de octubre de 1982 esa rutina solo debió ser distinta para algunos pocos: para los que estaban preocupados por una serie de elementos que dejaban la sensación de la inminencia de un ataque enemigo. Se habían cruzado palabras, a veces no en el mejor de los tonos, acerca de esta posibilidad. La misma noche anterior se habían presentado algunos hechos extraños que venían a agregarse a otros sucedidos en la misma zona. No obstante manifestaciones y las divergencias que sobre su valorización se presentaban en la Comandancia del Frente Américo Silva, se dejó la discusión para más tarde. La patrulla de reconocimiento, que circunda al campamento en función de detectar la presencia enemiga, salió después de la “diana”, como es costumbre. Se encendió fuego para preparar el café. Todos –o casi todos- los dirigentes del frente estaban alrededor del fogón junto a varios combatientes.


Cuando uno de los miembros de la Comandancia –uno de los dos que se mantenía inquieto por la situación – llamaba la atención por la concentración alrededor del fogón que, violaba las normas establecidas, se sintió el ruido de los aviones. Venían en dirección de la población de Cantaura y ataque. Primero fue un disparo y la orden imperativa del Comandante Roberto Rincón Cabrera: ¡Apaguen la candela! Y Enrique Márquez Velásquez, el Segundo Comandante, más conocido como Florencio, gritando: ¡A las posiciones! Después, inmediatamente después, los dos “Camberras” lanzan sus bombas mientras los dos “Broncos” ametrallan. Dan tres pasadas de fuego. El primer disparo pega muy cerca del fogón, evidentemente orientado por la candela o por el humo. Los cinco cohetes y el fuego de metralla caen sobre los diversos sectores del campamento. Seis guerrilleros son heridos. No hubo muertos. Más por la casualidad y por la cobertura que busca el personal que por la intención de los atacantes.


Las bombas, que con su estruendo habían roto el amplio silencio en ese pedazo de llano oriental desmienten también la divulgada versión del General Vicente Narváez Churion, Ministro de la Defensa para ese entonces y hoy fugitivo de la justicia militar que lo juzga por peculado, quien afirmaba que las bombas no se habían apuntado al campamento sino a sus contornos, y que la prueba era que ellas no habían causado daños alguno: que el ataque de la aviación tenía un propósito disuasivo y destructivo. Pero no tan solo lo desmienten las bombas presentes en esa acción militar que la caracterizan como una “masacre” tal como fue denominada desde un primer momento por todas las fuerzas populares y progresistas.


Para avalar esa afirmación oficial, habría que pensar que se hizo presente la mala puntería del equipo atacante, que apuntado para no dar en el campamento terminó por colocar sus bombas justamente dentro de él. Pero esto no es fácil concebirlo por la cantidad de puntos de referencia que servían para ubicar con precisión este campamento, que estaba situado a unos diez minutos a pie de la carretera nacional que comunica a Cantaura con el tigre, que estaba al frente de donde esta carretera se entronca con la que va a Campo Mata, sitio conocido como el Crucero da Mata, que estaba demarcado por carreteras y por picas de penetración, y que, por si esto fuera poco, podía ser precisada fácilmente desde el aire por la candela y el humo que a esa hora provoca la cocina guerrillera alimentada a leña.


*La retirada


La sorpresa del ataque aéreo y los seis heridos generaron una desorganización de las fuerzas guerrilleras. Se buscaban sitios para protegerse, y esto había que lograrlo basándose únicamente en los accidentes del terreno y en la cobertura que daban los árboles, y un tanto ralos.


En esas condiciones, y sin una valoración más detallada de lo que se proponía el enemigo, se inicia la retirada. La conjetura elemental es que se trataba de una operación de cerco en gran escala y que por lo tanto había que actuar con premura para tratar de romperlo, toda vez que el terreno no era nada favorable. Era una de fácil penetración, con muchas picas y carreteras internas, con una vegetación que no favorecía el desplazamiento encubierto. Y con una topografía desventajosa para la defensa del campamento.


Se lograron organizar dos columnas con todo el personal. Esto sobre la base más de las posiciones en las cuales fueron concentrándose que de una planificación previa. Estas columnas. Por confusión en la comunicación de las órdenes y por el mismo apresuramiento con que se emprende la retirada, parten en direcciones distintas, quedando definitivamente separadas.


Una de las columnas dirige su marcha hacia la zona de la carretera nacional. Al frente de ella van la mayoría de los miembros de la Comandancia. Rápidamente entran en contacto con el enemigo que los somete a un nutrido fuego. El estruendo y la dirección de los disparos sirvieron para indicar a los de la otra columna que tendrían que actuar independientemente. A partir de allí los combates irían a sucederse en dos direcciones contrarias.


Durante todo el resto del día se producen diversos choques entre la guerrilla y las fuerzas gubernamentales. Inclusive al otro día aún ocurren otros enfrentamientos.


De la columna que se dirige a la carretera, comandada por Roberto Rincón Cabrera, Enrique Márquez Velásquez y Emperatriz Guzmán Cordero, y Fanny Alfonzo Salazar, que eran miembros del Comité Político de Bandera Roja correspondiente al frente guerrillero, no queda ningún sobreviviente. Pero reconstruir lo sucedido en ese lado ha habido que apelar a las deducciones que pueden hacerse en base al conjunto de hechos presentes, así como a las informaciones oficiales y a las que de manera directa y no oficial se han podido obtener del personal militar participante en esa zona de la operación. De allí se desprende que esta columna intentó romper el cerco por la zona donde esta era más fuerte, por donde estaban apostados el mayor número de las fuerzas gubernamentales. Se desprende también que los guerrilleros organizaron en medio del combate varios contraataques tratando de abrir una brecha que les permitiera salir del cerco. En estos intentos cayeron varios guerrilleros: unos heridos y otros muertos. Entre los heridos, había de distinta gravedad. Tuve la información de que varios de estos heridos fueron rematados. Pero por sobre la información habían los cadáveres: once de ellos con tiros en la nuca. Esos tiros desmienten irrefutablemente la versión oficial que sustenta que todos los que murieron lo hicieron con un fusil en la mano, que murieron combatiendo. La verdad es que muchos murieron fuera del combate, cuando ya no estaban en condiciones para sostener el combate. Esta es la dura verdad.


Conocemos de buena fuente que Enrique Márquez Velásquez estando herido logro disparar contra el inspector de la Disip Antonio José Lira García que junto con grupo de funcionarios trataban de darle cacería, acto seguido, fue alcanzado por los disparos y al ser herido perdió el arma. Muy carca de el –dice la misma fuente- cayo María Luisa Arranz, con una herida no mortal, y al igual que Enrique fue rematada. María Luisa había perdido su fusil cuando el bombardeo y estaba vestida de civil, como esta igualmente vestido casi la mitad de los guerrilleros muertos. Aunque el General Murga Cabrices dijera lo contrario.


En Cantaura privó la intención de masacrar, de exterminar. Fue el clásico terrorismo de estado. El mismo que se hizo presente en Turen cuando la dictadura de Pérez Jiménez, y el mismo que nuevamente se hizo presente en Yumare durante la actual presidencia de Jaime Lusinchi.


*Una masacre


Lo ocurrido en Cantaura fue una masacre. Así lo atestiguan la superioridad de medios de combate puestos en juego por las fuerzas gubernamentales con el claro propósito de lograr el exterminio da la guerrilla. Las cosas fueron meticulosamente preparadas y las órdenes muy claras. Es más Luciano Valero. En funciones de Ministro de Relaciones Interiores. Había dicho poco antes de estos sucesos que todas las fuerzas militares y policiales se emplearían a fondo para lograr el exterminio de la guerrilla. El que después de los acontecimientos él dijera. Al igual que Herrera Campins y que todos los otros funcionarios que declararon al respecto, que sentían la muerte de jóvenes que bien podían ser útiles a la patria, no es mas que hipocresía, acompañada, clara esta, de una fuerte dosis de terrorismo macabro. No otra cosa dice la repetición orquestada de que esa sería la suerte de quienes osaran enfrentarse a la sacrosanta democracia del capitalismo dependiendo. No otra cosa dice la reiteración de que esta derrota da las fuerzas revolucionarias era una reivindicación más, da la lógica que establece que la guerrilla que fue derrotada ayer, que fue derrotada hoy, será derrotada siempre. Precisamente, reivindicar esta lógica y el poderío y disposición de las fuerzas armadas y policiales, tiene un gran sentido político, que no es otro que el de negar cualquier posibilidad de triunfo revolucionario, cualesquiera que sean las circunstancias: de aparentar una fortaleza que hace invulnerable al estado y que demuestra a las clases en el poder que la actual forma de gobierno es lo suficiente confiable y eficaz como para contrarrestar cualquier intento de las fuerzas populares por liberarse de su dominación.


No se discute el hecho de que el enfrentamiento ocurrido, lo fue entre fuerzas guerrilleras revolucionarias y fuerzas gubernamentales. No nos contamos entre quienes por diversas razones, justificables o no, han dicho otra cosa. Conocemos de las intimidades de estos procesos y sabemos da la inevitabilidad de las muertes en combate, por tanto, la caracterización de masacre la ubicamos en los elementos señalados, que se podrán ver más claramente en el desarrollo que sigue de estos acontecimientos, donde es posible contraponer disposiciones diferentes. Dos orientaciones diametralmente opuestas.


Con la masacre de Cantaura se trataba de demostrar la invulnerabilidad del estado burgués, y de negar las posibilidades de triunfo de las fuerzas revolucionarias. Por eso se intentó una operación de exterminio que no pudo ser cumplida a cabalidad a pesar de la enorme superioridad bélica del ejército oficial.


*Rompiendo el cerco


La otra columna guerrillera, la que trata de romper por zona distinta a la carretera, tiene mejor suerte. La mayoría de setos guerrilleros logra romper las líneas enemigas. Evidenciando así que ese era el lado más débil del cerco. Unos diez enfrentamientos se dan entre la columna y las fuerzas enemigas. Muy cerca del campamento se da el primer encuentro cuando trataron de pasar lo que era el primer anillo de un cerco dispuesto en forma de media luna y conformado por una serie de puntos fuertes que operaban a manera de emboscadas. Allí al tratar de pasar una alambrada iría a caer Antonio Eche Garreta, que fue uno de los primeros heridos por los explosivos lanzados por la aviación. Pero ya los cuatro guerrilleros que iban en la vanguardia de esta columna habían superado el primer anillo el cerco. Muy cerca de allí se intenta nuevamente romper para abrir paso al resto de la columna. En este intento caen tres guerrilleros. El resto logra pasar la línea enemiga. Salvo dos combatientes que quedan en situación comprometida y no les queda otra alternativa que ocultarse, permaneciendo dentro del cerco unos dos días y el otro tres. Posteriormente uno de ellos testimonia que vio cuando la tropa llegó donde estaban los tres guerrilleros caídos y le dispararon una ráfaga a uno de ellos. El otro dice que oyó cuando capturaron a Mauricio Tejada, nacido en Colombia, que oyó cuando le decían que era colombiano. Después dos tiros. ¡y a la lista de muertos!


Esta columna se fraccionó en su primer intento por salir del cerco. Iría a dividirse nuevamente en otros combates que hubo de librar. Inclusive hubo quien quedó solo, y solo tuvo que enfrentarse a la tropa y solo tuvo que salir del cerco y buscar los puntos de reencuentro.


Al amanecer del martes uno de los grupos de esta columna chocó con una unidad del ejército que conformaba una de los anillos del cerco más alejados del campamento. Allí capturan a cuatro soldados y matan al Capitán Jesús Ávila Paolini que comandaba el grupo y que se resistió e intentó desarmar a uno de los guerrilleros que –como dijeran voceros oficiales- iba armado solo con un revólver viejo. Además iba heridos los soldados fueron desarmados. Al ver a otro grupo de efectivos que venían en su auxilio fue puesto en fuga. A los prisioneros se les retuvo hasta tanto los guerrilleros lograron alejarse del lugar. Después fueron puestos en libertad. Una actitud sin duda contrastante: con toda la inferioridad en ese combate, la guerrilla logra apuntar a cuatro soldados y los libera sanos y salvos, mientras que las fuerzas gubernamentales no tomaron ni un prisionero, ni siquiera heridos, pese a la superioridad y al entrenamiento que prepara para capturar enemigos en el desarrollo de los combates. Más claras no pueden ser las cosas. Lo que priva es la decisión de exterminar, de masacrar, de dar una lección atemorizante, de desestimular, de acobardar. Una práctica terrorista. El llamado “terrorismo de estado”. El mismo que se hizo presente en la masacre de Turen cuando el gobierno dictatorial de Marco Pérez Jiménez. O en la reciente masacre de Yumare. La masacre adeca. Crimen horrendo.


*El de los muertos


Las madres piden a sus muertos, enterrados en fosa común. Apresuradamente. Con el deseo de esconder las perforaciones delatoras o el tipo de vestimenta de su último combate. Hubo que presionar. Un fuerte movimiento de opinión que rechazaba los procedimientos gubernamentales. Exigía explicaciones. Solicitaba la entrega de los cadáveres. El gobierno cede. La evidencia de los tiros de gracia motivó una extensión de la protesta, desde diferentes posiciones, con diferentes criterios y argumentaciones, se condenó esta monstruosidad. Este inolvidable crimen.


En nada quedaron las investigaciones institucionales. Saludos a la bandera propicios para dar largas a los reclamos. Para buscar el olvido. Para decir que se va a averiguar lo que ya se conoce. Para calmar tempestades y conjurar peligros. El congreso. La fiscalía. Los tribunales militares que asumieron el caso, ¿Qué averiguaron? ¿Qué determinaron? Lo que haya sido, no importa. Nadie es tan imbécil como para creer que el sistema se va a condenar a sí mismo, que una de sus instituciones lo va a penalizar. Y así tendría que ser, porque al lado de las responsabilidades individuales el sistema como tal se unió en su defensa. Acción Democrática se solidarizó con COPEI que era el partido de gobierno. Los altos mandos militares como un todo apoyan! ¡Apoyan Fedecamaras! ¡Apoyan a todas las altas jerarquías de esta sociedad! Algunos solo critican los excesos más no la esencia de una conducta, la razón de los procedimientos.


La captura –durante la retirada- de cuatro soldados por parte de la guerrilla y la posterior liberación –sanos y salvos, de los mismos, evidencia dos actitudes diametralmente opuestas: la revolucionaria, de respeto a la vida de los prisioneros, y la reaccionaria, de ningún respeto a prisioneros ya fuera de combate.


*Las fuerzas atacantes


La Disip bajo la dirección de Remberto Uzcategui y la Dim jefatura por el General Machado Santana fueron quienes se encargaron de las tareas de inteligencia que hicieron posible la ubicación de la guerrilla. Ambos cuerpos participarían también en el operativo concreto. La Disip lo haría cubriendo con su grupo de comandos uno de los flancos del cerco. Serían estos los encargados de tomar el campamento después del ablandamiento de la aviación. Además. Actuarían en labores de apoyo en las áreas próximas al cerco. Un helicóptero de la Disipe estuvo junto a los del ejército desde los primeros momentos de las acciones. Por su parte la Dim, al igual que todos los cuerpos policiales nacionales y regionales, asumieron tareas de apoyo.


Los funcionarios de la Disip fueron dirigidos en el teatro operativo por Arpad Bango, subdirector de ese cuerpo. Al frente del grupo de comandos estuvo su jefe, el comisario General Henry López Sisco, ampliamente conocido por las denuncias de tortura y de acciones represivas contra los revolucionarios y el movimiento popular. Posterior a Cantaura participa en la cuestionable muerte de dos haitianos que estaban negociando para entregar un avión que habían secuestrado en acción que identificaban como expresión del enfrentamiento a la dictadura que imperaba en su país. Más recientemente, este año, Lopez Sisco participó en la escandalosa masacre de Yumare. Un crimen monstruoso preparado alevosamente para exterminar a un grupo de revolucionarios que se congregaban para efectuar una reunión. Ni siquiera se trataba de una guerrilla. Apenas tenían unas pocas y deficientes armas para la protección de la concentración.


De la base aérea de Barcelona parten los “Broncos” y “Canberras”. También algunos de los helicópteros que participan.


Los mandos de las fuerzas Armadas participantes en la operación son: General Vicente Narváez Churion, Min defensa, que junto con Remberto Uzcátegui y Luciano Valero, son los artífices del plan, que fue debidamente autorizado por Luis campin. El General Luis Octavio Barrios, comandante general del ejército. General Arturo Machado Santana, director de la Dim, también fugitivo de la justicia militar que lo proceso por peculado. Contralmirante Miguel Clemente, jefe de inteligencia del estado mayor conjunta; General Roberto Zamudio, jefe de inteligencia del ejército General José Murga Cabrices, comandante de la Brigada de cazadores acantonada en Maturín, comandó el operativo sobre el terreno; acusado posteriormente de la masacre de la Pica, que se produjo por el ametrallamiento de los presos políticos recluidos en la cárcel ubicada en esa localidad, y que deja como saldo la muerte del profesor Oswaldo Arenas y doce prisioneros heridos de bala. General José Domingo Yépez, comandante de los cazadores de Buena vita.


Del Ministro de Relaciones Interiores asumieron responsabilidades en los hechos además del Ministro, el viceministro Ángel Hernández Ocanto y el gobernador de Anzoátegui Abdel Muhamad.


Cantaura fue un duro golpe para las fuerzas revolucionarias, pero una vez más se impone la lógica de sobreponerse a cada derrota: luchando, ser derrotado, y volver a luchar. Así hasta la victoria final.


*La delación


Una de las cosas sobre la que más se especuló en los días que siguieron a la masacre fue sobre la presencia de la delación como causa. Las autoridades dejaban filtrar la especie. La prensa la divulgaba a gran despliegue. Muchos políticos la coreaban, les parecía lógica de acuerdo a la experiencia. Solo el señalamiento sobre la debilidad técnica de los guerrilleros, hacía competencia a veces en las especulaciones de toda suerte de entendidos de la guerra.


La verdad es que las causas que originaron estos hechos no son tan simples, por tanto no es fácil explicarlas en pocas líneas. Pero lo que sí es claro es que estas cosas pudieron ocurrir sin dilación alguna. Y aunque no se ha descartado totalmente la posibilidad de que una delación contribuyera a aportar de talles finales, lo cierto es que la ubicación de la guerrilla se da por la combinación de un exigente, costoso y sostenido trabajo de los cuerpos de seguridad del estado y la violación de normas de seguridad por parte de la guerrilla. En la base de esto último está la subestimación del enemigo, que es estimulada por las acciones exitosas de la guerrilla tanto en el plano defensivo como ofensivo. Y por la incapacidad de las fuerzas antiguerrilleras demostrada en sus continuas incursiones. Un espíritu de sobrevaloración de las fuerzas propias llevar a la guerrilla a ser un tanto liberal en el mantenimiento de la vigilancia y en la preparación de la defensa. Se cubren medidas. Se discute. Pero de pronto: ¡la confianza y el descuido!


Están presentes en estas acciones diversos errores militares del FAS. Un campamento inadecuado, tan inadecuado que el humo de la cocina se podía ver desde la carretera nacional. Con lomas cercanas que lo dominaban. Demasiado pequeño para el número de combatientes allí concentrados. Con un plan de defensa deficiente. Además en el combate en sí se cometen también varios errores. El principal es no haber podido mantener la columna unida para lanzaría a la ruptura del cerco por el lado más débil. Una de las columnas escoge incorrectamente el punto de ruptura y la otra comete muchos desaciertos y desaprovecha oportunidades en su propósito de romper el cerco, lo cual logra pero al elevado precio de seis muertos y siete heridos. Pero la principal falla es la que se comete al permanecer en un campamento inadecuado no obstante al conjunto de indicios que se presentaron. Hasta la última noche se dieron tal cúmulo de anormalidades que eran suficientes como para ponerse alerta y decidir el cambio de campamento.


*El balance


Aunque el propósito de exterminar a la guerrilla no se cumple a cabalidad, esta sufre una significativa derrota militar que tendría una negativa repercusión política a mediano plazo. El gobierno al lado del éxito obtendría una fuerte condena que opacaba un tanto su alegría.


Los sucesos de Cantaura originan confusión y dudas acerca de la capacidad de las fuerzas revolucionarias. Los sucesivos golpes recibidos antes y después de cantaura por el partido Bandera Roja motivarían no pocas interrogantes. El objetivo político del gobierno, que no era otro que el de frenar el ascenso que venía experimentando el movimiento popular y revolucionario, fue logrado en lo fundamental. Debilitar las fuerzas propias, los revolucionarios tienen que invertir un esfuerzo para su recuperación, lo que da tiempo y condiciones a la burguesía para mantener su clima de conciliación social en el proceso electoral que se aproximaba, y más allá de él.


Pero aún es temprano para un balance definitivo. No ha concluido el drama. Apenas hemos asistido a un episodio más. Y la lógica del pueblo, que es una poderosa lógica, es la lógica de sobreponerse a cada derrota: de luchar, ser derrotado, y volver a la luchar, y así hasta la victoria.



Caracas, octubre de 1986.



VIVA EL SOCIALISMO Y EL COMUNISMO. 

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La masacre de Cantaura.

La masacre de Cantaura



El 4 de octubre de 1982, fuerzas del ejército masacraron en una zona cercana a Cantaura a 23 combatientes del Frente Américo Silva (FAS), brazo militar del Partido Bandera Roja.


Para finales del mes de septiembre de 1982, la guerrilla se estableció en el campamento donde se produjo posteriormente el enfrentamiento, fue el mismo sitio utilizado años atrás como refugio de los fugados del Cuartel San Carlos.


A principios de 1982, el Frente Guerrillero se encontraba en una situación de euforia, venía de obtener varias victorias militares, como la toma de San Antonio de Maturín, San Félix de Caicara, la Alcabala de Santa María de Ipire (enero de 1982). En esa época el F.A.S., le imprimió a la lucha armada un carácter eminentemente violento.


Por ejemplo, en el enfrentamiento de Barbacoas donde causó varias bajas al Ejército entre muertos y heridos y un agente de la DISIP que fue capturado y posteriormente liberado. La toma de los pueblos de Santa Inés y Bergantín daba muestra de la disposición de lucha de ese grupo.



La acción comenzó a las 5:45 de la madrugada del 4 de octubre de 1982. Las Fuerzas de Seguridad del Estado hicieron un clásico operativo de cerco en acción comando por tierra y aire. Una vez ubicada la guerrilla colocan en los sitios estratégicos de los alrededores, emboscadas distribuidas en forma de semi - luna, formando varios anillos, luego se inició el ataque con la fuerza aérea bombardeando con aviones Canberra y ametrallando con aviones de observación Bronco OV-10 de forma intensa. En este primer asalto, el Frente sufre seis heridos sin haber muerto ningún combatiente.



La Masacre de Cantaura fue una operación militar llevada a cabo el 4 de octubre de 1982 por los órganos de seguridad del estado venezolano contra un grupo de insurgentes del Frente Guerrillero “Américo Silva” del Partido Bandera Roja (Venezuela) en las cercanías de la ciudad de Cantaura en el estado Anzoátegui, Venezuela.



En esta operación considerada una masacre por organizaciones partidos y sindicatos socialista revolucionarios en venezolana y el mundo, fue bombardeado un campamento del Frente Guerrillero “Américo Silva” en armas, compuesto por cerca de 41 guerrilleros, de las que fallecieron 23 combatientes, algunos de ellos presuntamente que no perecieron luego fueron acribilladas o rematadas por los organismos de seguridad del Estado. Dentro de ese grupo hubo sobrevivientes como Alejandro Velásquez Guerra, que más tarde narrarían lo sucedido en el sitio.



*Los CLP. CLER. y BR. Responden  

 



A pesar de que una parte importante de la dirección nacional y la dirección de algunos regionales estaba presos o enconchada Los CLP.  CLER. y BR responden a la masacre con protestas tomas marchas y denuncias que poco a poco dejaron al descubierto la masacre en Cantaura. 


El gobierno responde negando lo ocurrido y persiguiendo arrestando y torturando a los miembros de los CLP. CLER. Y BR. 


*Los Caídos en Cantaura.



Al año de la masacre la juventud del partido BR que para aquel entonces estaba organizada en los CLER (Comités de Luchas Estudiantiles Revolucionarias) elaboraron un volante y lo repartieron en los liceos y universidades en todo el país en donde hacen una reseña de los camaradas 


1*Comandante Roberto Antonio Rinción Cabrera (El catire). Tenía 32 años de edad, era el Primer Comandante del FAS, natural de Maracay, Estado Aragua, asumió la jefatura del frente después de la detención Gabriel Puerta Aponte en Caracas. Para el momento de su muerte era miembro destacado del Comité Político Nacional de Bandera Roja. Se incorporó al movimiento revolucionario desde muy joven, en la década del 60.


Fue fundador de Bandera Roja, y formó parte del Frente Guerrillero Antonio José de Sucre, asignado al Distrito Fabricio Ojeda, en Ciudad Guayana. Se destacó como dirigente estudiantil, obrero y campesino de Bandera Roja. Fue detenido en 1974 y llevado a La Pica de donde se fugó en 1977, para incorporarse al FAS. La mañana del 4 de octubre, a las 8 fue herida desde un helicóptero y luego lo remataron con un tiro de gracia. Está sepultado en Maracay.


2*Comandante Emperatriz Guzmán Cordero (Chepa). De 38 años de edad, fundadora y Tercer Comandante del Frente Américo Silva para el momento de su muerte.  Nacida en Aguasay, Estado Monagas. Compañera de vida del Comandante Pedro Véliz Acuña, fundador del FAS. Combatió hasta el último momento en Los Changurriales tratando de romper el cerco después que el campamento fue bombardeado. Su cadáver presentaba un tiro de gracia, es decir fue rematada. Portaba un M1. Fue la primera mujer en subir a las montañas del Turimiquire en calidad de combatiente. Fue fundadora de Bandera Roja. Participó en el secuestro del industrial Carlos Domíguez Chávez. Se había fugado del Cuartel San Carlos en 1975.  Está sepultada en su pueblo natal.


3*Diego Alfonzo Carraquel (Alejandro): Estudiante, 28 años de edad, natural de Barcelona, Estado Anzoátegui. Combatiente del Frente Américo Silva.


4*Sor Fanny Alfonso Salazar (Patricia). Socióloga de 32 años de edad, egresada de la Universidad de Oriente, Núcleo Anzoátegui, natural de Puerto La Cruz, graduada de Bachiller en el Liceo Tomás Alfaro Calatrava. Fue destacada guerrillera. Sobrevivió a una emboscada de la Disip en Santa Inés, donde fue gravemente herida por disparos de FAL, incluso en la cabeza. Dejó una hija de nombre Sor Fanny Jiménez. Se había incorporado en año 1972 a Bandera Roja y desarrolló una labor política en Caracas donde era miembro del Comité Político Nacional. En 1978 pasó a formar filas del Frente Américo Silva donde consiguió el grado de Primer Oficial, el cual ostentaba en el momento de su muerte. Era una hermosa mujer que en 1972 fue electa Reina de la Primera Feria del Mar en Puerto La Cruz, y que en su época de liceísta se había distinguido como redactora del Semanario El Esequibo.


5*Eusebio Ricardo Martel Dasa (Domingo). Pocos datos sobre él. Solo se sabe que era dirigente obrero y que había nacido en Caracas.


6*Carmen Rosa García (Rossi). Estudiante, de 19 años, nacida en Cariaco, estado Sucre. Pese a su corta edad se había destacado en el campo de la cultura popular y las luchas reivindicativas de su pueblo. El mismo año de su muerte se había incorporado al FAS como combatiente.


7*Beatriz del Carmen Jimenez (Mayra). Estudiante de 24 años, igualmente nacida en Cariaco, Estado Sucre.


8*María Luisa Estéves Arranz (Natasha) De 27 años de edad, estudiante de arquitectura de la Universidad Simón Bolívar y Zootecnia en la Universidad de Oriente, Núcleo Anzoátegui. Natural de Caracas, miembro del Secretariado del Comité Político Regional Hugo Guzmán Jaramillo, de Bandera Roja, partido al cual ingresó en 1976. Dos años después su partido le encomendó tareas revolucionarias en Anzoátegui. Era combatiente y cumplía labores de retaguardia para el momento de su muerte.


9*Jorge Luis Becerra Navarro (Gilberto). Estudiante de la Universidad de Oriente, Núcleo de Bolívar. Nació en Ciudad Bolívar y tenía 20 años de edad.


10*Mauricio Tejada (Plaza). Estudiante de la Universidad Central de Venezuela. Nacido en Medellín, Colombia, residenciado en Caracas. En su país se destacó como dirigente estudiantil de nivel medio. Se dijo en el  momento de su muerte que era miembro del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Fue militante del Partido Comunista de Colombia. Se vino con su familia a Venezuela a continuar sus estudios en el Liceo Andrés Bello de Caracas. Se destacó como dirigente estudiantil en la Facultad de Economía de la UCV, donde fue miembro del Centro de Estudiantes. Se incorporó al FAS en 1978 y para el momento de su muerte era Primer Oficial.


11*Luis José Gómez (Pomponio). Fue dirigente estudiantil del Liceo Dr. Cruz del Valle Rodríguez, de Anaco, nación en Anaco y tenía 19 años de edad, para el momento de su muerte era combatiente del FAS y miembro del Centro de Estudiante del mismo Liceo. Su padre y hermanos eran cuadros de la Liga Socialista. Siendo Estudiante del Grupo Escolar Los Algarrobos, en Anaco, apenas adolescente, le confió a su amigo y compañero de estudios Eduardo Rodríguez Gil, hoy reconocido Gineco-Obstetra, que de adulto sería un combatiente guerrillero.


12*Julio César Farías (Miguel). De 20 años de edad, era dirigente estudiantil de la Escuela Técnica Industrial de Barcelona. También era dirigente comunitario de Los Troconales, Barcelona.


13*Nelson Pacin Collazo (Víctor). Tenía 23 años, era estudiante del tercer año de economía de la Universidad Central de Venezuela. Nacido en Caracas. Fue destacado dirigente estudiantil. Dejó una carta a su madre explicándole  que abandonaba los estudios porque era revolucionario, que se iba a luchar por su patria y le pedía que lo entendiera.


14*Comandante Enrique José Márquez Velásquez (Florencio o El Gato). Segundo Comandante del Frente Américo Silva y miembro del Comité Político Nacional de Bandera Roja. Era estudiante y empleado de la Universidad de Oriente, Núcleo Sucre. Nacido en Cumaná. Se incorporó a Bandera Roja en 1975. Ya en 1977 era responsable del Comité Político Regional en el Estado Sucre. En 1978 ingresó al FAS.


15*José Miguez Nuñez (Zanahoria). Estudiante de la Universidad Central de Venezuela, residía en Caracas. Natural de Sevilla, España. Era hijo único. Sus padres se fueron del país una semana después de darle cristiana sepultura en Caracas.


16*Rubén Alfredo Castro Batista. Tenía 27 años. Era dirigente obrero en el Puerto de La Guaria, donde había nacido.


17*Baudelio Vademaro Herrera Veracierta (Robin). Tenía 18 años, era estudiante de bachillerato. Había nacido en Barcelona, donde está residenciado.


18*Antonio María Echegarreta Hernandez (Ramón). De 24 años de edad, natural de Caracas. Importante cuadro de bandera Roja en la capital de la República.


19*José Isidro Zerpa Colina. De 28 años de edad, obrero, nacido en Barinas, estado Barinas. Estaba recién incorporado al FAS. Fue uno de los ajusticiados y su cadáver quedó irreconocible. Fue exhumado el 19 de noviembre de 2005, en la ciudad de El Tigre, estado Anzoátegui.


20*Carlos Hernandez Anzola. Tenía 32 años de edad, era obrero y dirigente vecinal del 23 de enero en Caracas.  En 1978 entró a formar parte de la Unidad Urbana de Bandera Roja en Caracas y al año siguiente se incorporó al Frente Guerrillero, del cual era Segundo Oficial. Su muerte ocasionó serios disturbios en el 23 de enero, a tal punto que el gobierno debió militarizar la zona e imponer un toque de queda en la urbanización, el cual se prolongó durante varias semanas.


21*Itamar Lorenzo Morillo (Rafael). Era estudiante de la Universidad Central de Venezuela, nacido en San Luis, Estado Falcón. Era Combatiente del FAS.


22*Carlos Aberto Zambrano Mira (Jaime). De 30 años de edad. Era responsable político de las Milicias Campesinas de Bandera Roja. Natural de Santiago de Chile y residenciado en Cumaná. Su padre, el ingeniero Miguel Ángel Zambrano Ochoa fue una de las personas que libró la titánica lucha para denunciar la muerte de los 23 guerrilleros.


23*Eumides Isidora Gutierrez Rojas. Era maestra graduada en el Instituto Arismendi de Puerto La Cruz, hija del Sargento de la Guardia Nacional Teodosio Gutiérrez. Era natural de San Tomé, Estado Anzoátegui. Estaba residenciada en la población de Chorrerón, Municipio Guanta del mismo estado. Se había incorporado al FAS 4 años antes de su muerte.




VIVA EL SOCIALISMO Y EL COMUNISMO. 

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lunes, 14 de agosto de 2017

La Fugada De La Cárcel De La Pica.


La Fugada De La Cárcel De La Pica.

LA FUGA DE LA PICA ES LA GUERRA REVOLUCIONARIA EN MARCHA

1. “Por órdenes del COMITÉ POLÍTICO NACIONAL del Partido Bandera Roja, el FRENTE AMÉRICO SILVA (FAS) procedió a ejecutar una operación de rescate de 13 prisioneros políticos que se encontraban recluidos en la Cárcel Nacional de La Pica, en Maturín, estado Monagas.

2. La operación se ejecuta de manera combinada entre los camaradas presos y un comando operativo del FRENTE AMÉRICO SILVA (FAS) especialmente designado para esa misión. Los camaradas presos dominaron a un guardia civil que vigilaba ese sector y penetraron donde está el tablero de distribución de la electricidad, pudiendo de esta manera apagar la luz del penal. Inmediatamente los camaradas del comando operativo externo atacan un puesto de vigilancia de la Guardia Nacional, que es la encargada de la vigilancia del penal, para cubrir la retirada de los camaradas, entablándose una fuerte balacera que no tuvo de parte nuestra bajas que lamentar. Tanto en el comando operativo del FAS como el grupo de revolucionarios que escaparon de la cárcel se retiraron en orden después de logrado el objetivo.

3. Esta operación la hemos designado con el nombre de Vicente Contreras Duque para rendir homenaje a quien fuera destacado dirigente de nuestra organización y un defensor intransigente del marxismo-leninismo. Contreras Duque fue muerto por el ejército burgués el 22 de febrero de este año. Su heroica muerte ocurrida junto con la de Juan Zabala Gómez, unida a su vida de consecuencia revolucionaria lo coloca en la galería de los héroes populares que sirven de ejemplo a todo nuestro pueblo.

4. El FRENTE AMÉRICO SILVA (FAS) es un embrión del gran EJÉRCITO POPULAR, que habrá de ser el instrumento armado para derrotar la opresión burguesa e instaurar la Dictadura del Proletariado en su forma de Democracia Popular. La reconstrucción de nuestro Frente Guerrillero fue acordado, como es de conocimiento público, por nuestro IV Pleno de Cuadros. Esta decisión fue tomada después que ese mismo Pleno expulsara de nuestras filas a la fracción pequeño-burguesa que mediante un complot tratara de apoderarse de la dirección del Partido y conducir a la organización hacia una política aventurero-foguista; esta fracción logró apoderarse del frente guerrillero Antonio José de Sucre.

La primera reunión del Comité Político Nacional electo en el IV Pleno de Cuadros, acordó que el Frente Guerrillero a reconstruir por el Partido se llamara FRENTE AMÉRICO SILVA, rindiendo de esta forma homenaje a quien fuera comandante fundador del FGAJS y uno de los fundadores y más destacados dirigentes de nuestro Partido.

5. El logro exitoso de la fuga significa una victoria de la Guerra Revolucionaria, ella se inscribe dentro de una política de recuperación de fuerzas y de preparación para ascender en el desarrollo de la política revolucionaria de la toma del poder político.

Para nuestra organización significa un refuerzo en las tareas de dirección del Partido por cuanto entre los fugados hay varios camaradas que ocupan cargos de dirección en nuestro Partido. Esta operación que sigue el camino de la Operación “Jesús Márquez Finol” (fuga del San Carlos) representa nuestra ratificación práctica de seguir transitando el camino de la Guerra Revolucionaria Popular hasta lograr el derrocamiento de la burguesía del poder y la instauración de un régimen de Democracia Popular.

Nuestro Partido no trillará nunca el camino de la conciliación electorera ni el de la aventura foguista. Nuestra línea es la del desarrollo de la violencia revolucionaria y, dentro de ella, nuestra atención fundamental la ocupan las tareas de fortalecimiento de nuestro Partido, como Partido de la clase obrera venezolana, de desarrollo de un poderoso ejército popular y de constitución de un Frente Unido de Clases Explotadas.


Frente Américo Silva.

Montañas de Venezuela.

30 de agosto de 1977

*Cuenta el Gordo Cova Mata" 

Un 14 de Agosto de 1977, 13 Presos Políticos de la Penitenciaría General de Oriente(cárcel de la pica), recuperan su libertad tras una espectacular operación, sin precedentes, protagonizada por un destacamento de combatientes del Frente Guerrillero Américo Silva, FAS. brazo Militar del Partido Bandera Roja y, los Prisioneros Políticos que operaron desde adentro.


De acuerdo con relatos del emblemático Guerrillero Francisco Jiménez (el Viejo Ruperto), militante del Partido Bandera Roja, el plan de rescate de la "Operación Vicente Contreras Duque", constaba de tres partes, una de las cuales estaría coordinada por Andrés Cova Mata, el Catire Roberto Rincón Cabrera y Faustino Lugo, miembros del Comité Político Nacional del Partido Bandera Roja, a la vez integrantes de la Célula "Luis Tineo Gamboa", que agrupaba a los Presos Políticos del penal. Otra parte importante del plan, sería ejecutada por el componente exterior, integrado por el Destacamento Guerrillero que operaría de manera simultánea con el componente interno, conformado como ya se dijo, por los Presos equipados con armas cortas. Una tercera parte, el plan de retirada de los Compañeros, con mecanismos de emergencia, en caso de "despelotados".


Relata en sus Memorias "el Gordo Cova Mata" que la Unidad que operaría del lado exterior, bajo las órdenes de Emperatriz Guzmán Cordero (Chepa) y Pedro Véliz Acuña (Ringo), ambos militantes del Partido Bandera Roja, llegó a las proximidades de la prisión aproximadamente a las 7:05pm. de  la noche del domingo 14 de agosto de 1977. Pasadas las 7:35pm se inician las operaciones, con el corte de luz, por parte de los internos y el sometimiento del  del guardia de seguridad interna. En medio de la oscuridad se inicia el desplazamiento hacia la puerta de salida, y después continúan hacia la cerca exterior.


Uno de los guardias de las garitas divisa el extraño movimiento,

matraquea el fusil y dispara contra los presos. En el acto el Comando Guerrillero acciona sus armas, dándose inicio a la balacera en el lado exterior, en medio de la cual los presos, provistos de cizallas cortan la cerca y salen de las instalaciones de la cárcel.


En medio de un acontecimiento sin precedentes, 13 Prisioneros Políticos, 09 del Partido Bandera Roja, 02 del PRV y 02 que producto de la división del Frente Antonio José de Sucre, ya no eran Militantes de aquel Partido, pero en un acto de Solidaridad Revolucionaria, fueron incluidos en el plan de fuga.


Pueden mencionarse los nombres de *Mateo Enrique Guillén Rebanales (El Negro Ventura o José Luis Dominguez), Andrés Cova Mata, Faustino Lugo, El Catire Roberto Antonio Rincón Cabrera, Francisco Javier Jiménez (El Viejo Ruperto), Luis Rafael Calma, Luis Agustín Cova, y Antonio Arias(Mochinga) todos del Partido Bandera Roja; Ramón Morales Rossi y Eudes Rodríguez, del PRV; José Noguera y Jesús Rodríguez(El Chamo), de BR-ML.*


fin del relato. 

*La periodista que esta entrevista a los guerrilleros, era militante de BR.


LOS FUGADOS DE LA PICA - Operación Vicente Contreras Duque.


(ÉLITE, 30 de septiembre 1977)


La periodista Irma Barreto subió hasta las montañas para entrevistar a los protagonistas de la fuga de 13 presos políticos de la Cárcel de La Pica.


En esta destacada fuga el Comandante Guerrillero Andrés Cova Mata y Roberto “Catire” Rincón, del Comité Político Nacional de Bandera Roja, fueron sus principales operadores.


Uno de los fugados fue el último guerrillero del país en deponer las armas, Francisco Javier Jiménez, conocido como El Viejo Ruperto y también, Antonio Arias, a quien llamaban “Mochinga”.


Pedro Veliz Acuña y su columna de guerrilleros del Frente Américo Silva, desde las afueras de la cárcel, llevaron a cabo la operación de rescate.


El plan fue trazado desde adentro y desde afuera. Había un plan A y un plan B. El A consistía en que los guerrilleros, al mando de Veliz Acuña, llegarían desde el monte a una de las garitas de La Pica, de noche, y controlarían al guardia; luego encenderían la llama de un yesquero, que era la señal convenida para que, desde adentro, sus compañeros, que contaban con tres pistolas 9 milímetros y una granada, pusieran en práctica el plan B y controlaran a los vigilantes, corrieran a la alambrada y la cortaran, después de apagar las luces de esa parte de la prisión.


El día escogido fue un domingo porque a los presos les proyectaban una película, de manera que se acostaban a las 9 de la noche y no a las 7 y 15 como ocurría usualmente; eso les daba a los guerrilleros una ventaja de una hora y 45 minutos para actuar.


Los presos comunes estaban separados de los presos políticos, lo cual hacía más factible la oportunidad de escapar.


Para llegar a la cárcel, los guerrilleros debían atravesar una explanada de 200 metros desde el monte. Allí era donde los presos hacían labranza. Como desde las garitas podía verse la acción de los subversivos, estos debían extremar las precauciones para no ser descubiertos.


El día previsto se desató un torrencial aguacero. El terreno se tornó tan pantanoso que era difícil movilizarse.


Además, no hubo película ese día. Pero el plan ya estaba en marcha y no se podía retroceder.


El plan de fuga encontró dos problemas: 


- Debían adelantar la acción y no tenían cómo avisar al exterior; es decir, la gente de Veliz Acuña no sabía los cambios dentro de la cárcel.


- Los guerrilleros cercanos a las garitas no sabían que no iban a pasar la película y que, por ese motivo, no contarían con la hora y 45 minutos adicionales para actuar.


A las 7 y 15 los carceleros comenzaron a recoger a los presos, algunos dirigentes de Bandera Roja se escondieron en un cuarto. No habían visto la llama del yesquero, así que decidieron poner en práctica el plan B.


Uno de los guardias se quedó dormido y el otro fue neutralizado cuando lo llamaron y acudió presto.  Lo encañonaron y lo rociaron con líquido paralizante para que no pudiera gritar.


Cortaron la luz del sector, se apagaron los reflectores de las garitas ubicadas en el lado de la cárcel por donde iban a escapar y que daba a la calle adyacente.


Más adelante hay un caserío donde los esperaban los automóviles de sus compañeros. Cuando la oscuridad cubrió totalmente la zona, salieron hacia la alambrada con una piqueta.


Los 13 presos políticos llegaron a la alambrada. El Comandante Ruperto, pese a sus 64 años de entonces, fue el primero en salir.


Cuando salieron, los primeros presos tuvieron que pasar por donde estaba una chatarra la cual tropezaron debido a la oscuridad. Entonces se produjeron los primeros disparos.


Arias “Mochinga”, el “Catire” Rincón y otros, tuvieron que cargar al “Gordo” Cova Mata casi en hombros porque éste sufría de gota.


Al llegar al caserío, el “Catire” Rincón vio al camarada Pedro Veliz que los esperaba.


Veliz los metió en unos vehículos y los sacó del sitio. Pero el “Viejo” Ruperto y sus acompañantes no aparecían, desorientados la mañana siguiente los sorprendió detrás de la cárcel. Pero no los agarraron. 


Al cuarto día, encontraron a Ruperto y sus hombres.


El “Viejo” Ruperto volvió a la guerrilla y depondría sus armas 17 años después, en mayo de 1994, cuando bajó de las montañas junto con sus compañeros a raíz de la decisión del Frente Guerrillero Americo Silva, el Partido Bandera Roja se legaliza y participa en las elecciones.


Ruperto es un hombre legendario, porque cuando depuso sus armas tenía 78 años y había pasado buena parte de su vida entre las montañas de

Anzoátegui, Sucre y Monagas.


*Un mes después del reportaje publicado en la revista Élite, la periodista Irma Barreto fue detenida y sometida a juicio militar. Corrían los años del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez.


*Cuenta Antonio Arias.


Antonio Arias recuerda cada detalle como si fuera hoy en día. Cuenta con maestría de escritor de novelas de suspenso.  Alentada por el éxito de la fuga del San Carlos, ocurrida dos años antes, la dirección nacional del Partido  Bandera Roja había decidido dar un golpe espectacular liberando a sus compañeros presos en la cárcel del estado Monagas.


Se le dio la encomienda a la jefatura militar del Frente Amerco Silva,  pero el plan fue trazado desde adentro y desde afuera. Había un plan A y un plan B. El plan A consistía en que los guerrilleros al mando de Veliz Acuña llegarían desde el monte a una de las garitas de La Pica, de noche, y controlarían al guardia; luego encendían la llama de un yesquero, que era la señal convenida para que,  desde adentro, sus compañeros, que contaban con tres pistolas 9 milímetros y una granada, pusieran en práctica el plan B y controlaran a los vigilantes,  corrieran a la alambrada y la cortaran después de apagar las luces de esa parte de la prisión.


A Arias se le iluminan los ojos a medida que va contando la aventura.  El día escogido fue un domingo porque a los presos les pasaban una película, de manera que se acostaban a las 9 de la noche y no a las 7 y 15 como ocurría usualmente;  eso le daba a los guerrilleros una ventaja de una hora y 45 minutos para actuar.


 “Los presos comunes estaban separados de nosotros,  lo cual hacía más expedita la oportunidad de escapar. Entonces, todo estaba preparado para ese domingo”, dice El Mochinga.


Para llegar a la cárcel los guerrilleros debían atravesar una explanada de 200 metros desde el monte. Allí era donde los presos cultivaban la tierra. Como desde las garitas podía verse la acción de los subversivos,  éstos debían extremar las precauciones para no ser descubiertos.


El día de la fuga, en la tarde, se destapó un chaparrón de todos los demonios y la tierra fuera de la prisión, se tornó tan  pantanosa que era difícil caminar por ella, de manera que los guerrilleros tendrían problemas para llegar al objetivo.


“Pero eso no fue todo”, dice Arias,  “el problema principal ocurrió en la noche.  No hubo película ese día.  Imagínese,  el día anterior nos habían dicho que el  proyector estaba bien y de pronto ese domingo nos dicen que está malo,  que no iban a dar ninguna película y que debíamos recogernos a las 7 y 15 minutos. Pero el plan ya estaba en marcha y no podíamos retroceder”.


Ahora se encontraban ante dos problemas: debían acelerar el plan de fuga y no tenían contacto alguno con el exterior;  es decir,  la gente de Veliz Acuña no sabía lo que pasaba dentro de la cárcel;  no sabían que no iban a pasar la película y que, por ese motivo, no contarían con la hora y 45 minutos adicionales para actuar.


“Nosotros sabríamos que ellos habían llegado a la garita cuando encendieran el yesquero, pero no podíamos transmitirle a ellos ninguna información”, y El Mochinga dice estas palabras como si estuviera viviendo la tensión del momento otra vez.


A las 7 y 15 los vigilantes comenzaron a recoger a los presos, pero algunos de los dirigentes de Bandera Roja se escondieron en un cuarto donde hacían trabajos, para no ser vistos. No habían visto la llama del yesquero, así que decidieron actuar poniendo en práctica el plan B desde adentro con la confianza de que sus compañeros llegarían a tiempo. Pero no sabían que el terreno afuera era pantanoso y que en ese momento éstos tenían problemas para llegar a la cárcel.


Lo bueno para ellos fue que, con la lluvia, uno de los guardias se durmió y el otro fue neutralizado cuando lo llamaron y acudió presto.  Era un hombre que respetaba a la guerrilla porque los guerrilleros eran hombres duros y decididos, y a los hombres duros y decididos  se les respeta. Lo encañonaron y lo rociaron con líquido paralizante para que no pudiera gritar.


A continuación apagaron las luces del sector, los reflectores de las garitas ubicadas en el lado de la cárcel por dónde iban a escapar y que daba a la calle adyacente. Más allá había un caserío donde los esperaban los automóviles de sus compañeros. Cuando la oscuridad cubrió totalmente el sector,  salieron hacia la alambrada con una piqueta y en ese momento algunos vigilantes los vieron; vieron, mejor dicho, las siluetas y les gritaron: “Epa”. ¿Para dónde van ustedes?  ! Regresen.


Con rapidez de felinos,  todos los presos políticos llegaron a la alambrada que los separaba de la libertad. La noche anterior habían decidido los nombres de los que iban a pasar primero, pero ante la premura,  se aglomeraron todos cuando se procedía a utilizar la piqueta y se abría un hueco en la alambrada.  


El comandante Ruperto,  pese a sus 64 años de entonces, fue el primero en salir y arrancó como perseguido por el ánima sola en medio de la noche desolada y preñada de demonios, oscura como la cueva de Drácula porque los nubarrones habían sepultado a la luna.


Cuando salieron, los primeros presos tuvieron que pasar por donde estaba una chatarra la cual tropezaron debido a la oscuridad. Entonces se produjeron unos fogonazos.


“!Se escapan, se escapan!”, gritó alguien y se oyeron unos disparos aislados.  “Yo oía lejanos los disparos, lo cual indicaba que no sabían por donde andábamos;  estaban tanteando en la oscuridad”, dice Arias.


Después, las ráfagas rápidas, nerviosas, a todas partes. Ninguna los alcanzó, así que salieron a descampado. “Pero cuando nosotros llevábamos 15 mts avanzados, ya Ruperto y los que lo seguían nos llevaban una delantera impresionante”.


Arias, el Catire Rincón y otros,  debían llevar al gordo Cova Mata casi en hombros porque éste, fuera de los kilos demás,  sufría de Gota,  qué es la enfermedad de los reyes y de los príncipes y que nadie sabe cómo le fue a dar a un guerrillero con menos plata que un indigente.


Se perdieron,  claro, se perdieron  en la oscuridad de la noche. Y lo peor era que los guerrilleros que llegaron al sitio, en vez de dispararles a los guardias para proteger a los presos de la fuga, disparaban para cubrirse ellos mismos.  Fue una operación de lo más loca y todavía nadie sabe cómo llegó a un final feliz para ellos.


Cuando llegaron al caserío,  el Catire Rincón vio a un hombre con uniforme militar que se perdía en una bocacalle. Era una sombra apenas en la tenue luz del alumbrado de barrio pobre “! Ese es Pedro Veliz”, gritó emocionado.


“! Ringo, Ringo”!, llamó a Veliz por el pseudónimo. La misma suerte que cinco años después le daría la espalda en Cantaura lo favoreció porque, efectivamente, se trataba de Pedro Veliz.


Veliz los metió en unos vehículos y los sacó del sitio. Pero el comandante Ruperto y sus acompañantes no aparecían por ninguna parte, porque,  desorientados, andaban dando vueltas como una veleta. Tan perdidos andaban que la mañana siguiente los sorprendió detrás de la cárcel. De hecho, escucharon el sonido lúgubre de su ominoso interior y las órdenes imperiosas de los guardias,  con el alma encogida ante la posibilidad de volver a ella. Pero no los agarraron. Nadie sabe cómo fue posible eso, pero no los agarraron.


Cuando la fuga fue planificada, se resolvió que si alguno se perdía debía poner una señal en el sitio donde se encontrara desorientado. Una señal cualquiera,  un trapo colgado de una rama, por ejemplo, todos los días y todas las noches; una señal que fuera vista por los hombres de la guerrilla que, actuando legalmente, andarían por esos caminos buscándolos en medio del operativo militar. Al cuarto día,  jueves, encontraron a Ruperto y sus hombres, cansados, hambrientos,  pero felices porque habían conseguido la ansiada libertad.



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